Los asuntos del manejo del dinero son claves en las relaciones de pareja. Cómo abordar desde un comienzo temas como cuentas conjuntas, herencias, inversiones y ahorros para evitar dolores de cabeza y discusiones.
“Amor con hambre no dura” es un dicho de las mamás chapadas a la antigua. Y no solo se refiere a la importancia del dinero en una relación, sino que aplica también a que las finanzas son un tema delicado e igualmente clave que se debe tratar cuando uno se encuentra en pareja. Ya sea porque se va a casar, a vivir con alguien o porque lleve un buen tiempo con su pareja, el manejo del dinero –cómo lo gana, cómo lo gasta y en qué lo invierte– puede ser la gloria o la ruina para una relación.
“Si lo hubiera hecho antes”, es el clamor de muchas parejas que han vivido las mieles del amor y luego han conocido los sinsabores de un divorcio o la tristeza de una viudez. Esto último fue lo que le ocurrió a María Suárez*, una contadora jubilada de 62 años, que estuvo casada durante dos décadas y cuyo esposo falleció este año. Ella trabajó durante toda su vida en empresas de gran calado y consolidó un patrimonio importante que le permitió decirle a su esposo, con quien no tuvo hijos, que se quedara en casa. Una vez pensionada vendió todo lo que tenía en Bogotá y se radicó con su esposo en Villa de Leyva, donde compró una casa para el retiro.
Con lo que no contaba María era que su esposo, que empezó a sufrir graves quebrantos de salud, se iría primero que ella. Tampoco contaba con que la familia de su esposo, tan pronto fuera enterrado, le reclamara el cincuenta por ciento de los bienes. “Pensé que ellos tenían claro que yo era la que mantenía el hogar y que todo lo que hay en esta casa es fruto de mi trabajo”. Pero como no hicieron ningún testamento ni fiducia, a los familiares del cónyuge les corresponde ese porcentaje.
“Después de que uno se casa, no importa quién trabaje y quién no, todo lo que se adquiera dentro de la vigencia del matrimonio hace parte de la sociedad conyugal y por lo tanto le corresponde 50 % a un cónyuge y 50 % al otro”, indica la abogada especializada en sociedades, Bibiana Vanegas. Agrega que si uno de ellos fallece, ese porcentaje queda en manos de los herederos, es decir, los hijos en primer término, y si no los hay, en la línea de sucesión a los familiares que corresponda.
NUESTRO DINERO
Tampoco hay que esperar a que uno de los dos fallezca para tomar cartas en el tema financiero. Si por estos días va a ir al altar o ante un notario, los expertos sugieren que está a tiempo para hablar con su pareja sobre el manejo de los recursos.
“Las finanzas de solteros son muy diferentes a las de casados, por lo que al formalizar una relación mediante el matrimonio es necesario que ambos tengan un conocimiento financiero para manejar los recursos en el hogar”, dice Jairo Forero, entrenador financiero personal y familiar. Agrega que la pareja puede acudir a cursos en los que les explicarán las nuevas obligaciones que adquieren al momento de casarse. Y advierte: “El primer paso es cambiar el lenguaje. Ya que no existe mi dinero, sino nuestro dinero”.
El experto recomienda hablar sobre las formas de administrar el dinero antes de dar el sí, “porque en algunos casos, por ejemplo, el hombre está acostumbrado a manejar sus finanzas de forma independiente, y difícilmente va a querer manejar ahorros o inversiones comunes”. Pero si se modifican esas maneras de administrar el dinero y se llega a consensos, es posible establecer un presupuesto para el pago de las deudas, los impuestos y los gastos de la casa.
De acuerdo con un sondeo realizado por la firma SunTrust Banks, en Estados Unidos entre 2.000 adultos mayores de 18 años (casados o en unión libre), las principales causas de fricción entre las parejas no son los celos, sino las finanzas (35 %), seguidos por hábitos irritantes (25 %). “Cada pareja comparte sueños que requieren un diálogo abierto en cuanto al manejo del dinero –ya sea que estén planeando para el futuro o vayan a comprar una casa, tener un bebé o tomar vacaciones–”, indica la consultora de la firma que llevó a cabo el sondeo, Rilla Delorier. Añade que ponerles bases a esos sueños para hacerlos realidad puede ser un proceso enriquecedor que fortalezca y afiance la relación.
“El manejo de las finanzas es un aspecto fundamental en la vida matrimonial, por lo que se recomienda establecer desde el inicio una cultura de transparencia y diálogo de cada parte. Ser transparentes tanto en los ingresos como en los egresos evita posibles angustias y facilita la realización de diferentes proyectos”, indica Pablo Moreno Alemay, director del Programa de Administración de Empresas de la Universidad de La Sabana.
El académico dice que compartir esta información permite la elaboración de un presupuesto familiar a corto y mediano plazo, así como la toma de decisiones prudentes en cuanto a la adquisición de activos o realización de inversiones, y facilita la posibilidad de encontrar el financiamiento adecuado cuando sea necesario. “Las finanzas familiares, así como ocurre en las empresas, deben analizarse desde sus impactos a corto y a largo plazo, lo que requiere información clara y completa, y que los riesgos de esas decisiones sean conocidos por ambas partes”. Moreno Alemay recomienda la adquisición de seguros, que “otorgan una gran tranquilidad en el caso de que una de las partes llegase a faltar”.
“QUE TU PATRIMONIO NO DAÑE TU MATRIMONIO”
Existen una serie de herramientas financieras que las parejas desconocen y que pueden evitarles dolores de cabeza, particularmente cuando cada uno tiene hijos fuera de la relación y piensan que a futuro es mejor dejar las cosas claras.
Entre esas herramientas, el entrenador financiero Jairo Forero destaca las siguientes:
Capitulaciones: son un salvavidas que protege la estabilidad económica futura de una persona en caso de que la relación matrimonial no funcione, pues los bienes que aporten a la relación seguirán siendo propiedad de quien los tenía antes de contraer matrimonio y no habrá peligro de perderlos ante una separación.
Fiducias: se puede hacer un encargo fiduciario en el que se realiza la distribución patrimonial de herencia de acuerdo con lo estipulado en ese encargo.
Creación de compañías de familiares: con ellas, la distribución del patrimonio a los hijos se hace antes de que ocurra cualquier eventualidad, mediante las acciones de la compañía.
Las anteriores son algunas recomendaciones que pueden allanar el camino para conquistar metas conjuntas y sentir a plenitud que ambos tienen un socio en la salud, la enfermedad y las finanzas.
COMUNICACIÓN, LA CLAVE
Para tener una saludable relación financiera con su pareja, los expertos ofrecen las siguientes recomendaciones:
• Hablen abiertamente. No importa que se pongan colorados una sola vez, pero lo mejor consiste en dejar zanjado el asunto del dinero de una vez por todas. Cada relación se considera diferente, pero resulta clave que usted conozca la situación financiera de su pareja en cuanto a los créditos que ha tomado, las deudas con otras personas, sus ingresos y hábitos de gasto y viceversa.
• Alternen el manejo de las finanzas. Analicen cuál de los dos es el ahorrador y cuál el derrochador y asignen roles, pero se considera clave que alternen los papeles del manejo del presupuesto, cuentas por pagar y el ahorro, para que cada uno entienda la situación financiera de la relación. También es aconsejable contar con un consejero bancario que les asesore en la creación de un plan de ahorro y gasto que sea idóneo para ambos.
• Acuerden metas. Tanto comunes, como el viaje que tanto han soñado o la llegada del bebé, como los proyectos individuales, ya sea hacer una maestría o practicarse una cirugía estética. Lo ideal consiste en que ninguno sienta que está sacrificando algo de su vida en aras de la relación, pues esto llevará más tarde a la frustración.
• Conserven su historia financiera. En cuanto a las tarjetas de crédito, cuentas corrientes y de ahorro que cada cual tiene, los especialistas recomiendan mantenerlas para preservar el historial crediticio individual.
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