Un currículo es una primera
presentación del candidato o candidata, pero también se puede convertir en un
arma de doble filo. Según la profesora del máster de Dirección y gestión de
recursos humanos de la UOC, Gina Aran, «los seleccionadores hacen una primera
criba en la que buscan los ítems que responden al puesto de trabajo a cubrir»;
si el currículo «no presenta la información deseada de forma fácil,
probablemente no pasará este primer filtro», alerta la experta. Para hacer un
currículo capaz de llegar más allá y ayudar a mostrar al candidato como el
aspirante más válido, Gina Aran propone un decálogo con
recomendaciones.
Los currículos que pasan el
primer filtro son «aquellos en qué es fácil encontrar la información deseada y
aquella relacionada con el puesto de trabajo al que se opta»; en una segunda
fase, «el profesional de los recursos humanos lo leerá con más profundidad,
buscando, por ejemplo, los idiomas y los conocimientos técnicos», afirma Aran,
que añade que, a finales de esta fase «escogerá algunos currículos para
convocarlos a la entrevista». Para «saber cómo estructurar la información para
conseguir que nuestra candidatura no sea descartada», es necesario:
- Poner nuestro nombre completo en un tamaño mayor que el resto del texto, en vez de «currículum vítae». Hay que incluir la fecha de actualización del currículum y numerar las páginas.
- Adjuntar los datos personales, incluir información como dirección, teléfonos, dirección electrónica, fecha de nacimiento y nacionalidad en caso de ser extranjero. Es importante destacar los datos de contacto, comprobar que sean correctos y justificar esta información a la izquierda.
- Incluir fotografía en color, profesional y a la vez favorecedora, con un fondo neutro, arreglado y sonriente. No hay que aprovechar fotografías recortadas de bodas, vacaciones, etc. ni recuperar fotos antiguas. Se coloca a la derecha, a la altura de los datos personales aproximadamente.
- Personalizar el currículo, intentar adaptarlo a la candidatura, es decir, poder editar los bloques de información para que el currículo se adapte mejor al puesto de trabajo al que se quiere acceder.
- Decidir el orden cronológico directo o inverso del currículo según lo que interesa que vea primero el seleccionador. Generalmente se estructura de manera inversa porque los últimos estudios o el último trabajo realizado son los de más nivel y tienen más que ver con el nuevo lugar al que se opta. Pero puede suceder que interese un cambio de sector o profesión y convenga cambiar el orden.
- Redacción esquemática y sin faltas ortográficas que combine máximo tres tamaños de letra para diferenciar la información principal de la explicativa.
- Estilo directo, claro y conciso, intentando resumir la información más importante y enriquecer el vocabulario.
- Sintetizar las tareas, funciones o responsabilidades en máximo cuatro principales en lugar de una explicación interminable; ponerlo en formato lista o con guiones.
- Utilizar negritas sin excederse para destacar a primera vista lo que interesa hacer visible al seleccionador.
- Indicar la verdadera competencia profesional en idiomas: el «nivel medio» no da suficiente información, habría que especificar por ejemplo si se tiene un nivel de conversación fluida y/o si se puede redactar también. El inglés es casi imprescindible y conviene tener buen nivel, por lo tanto hay que actualizarse sin más dilación.
¿Incluyo primero la experiencia o
la formación?
El gran dilema para muchos
candidatos es saber con qué información es mejor «abrir» el currículo. Según la
experta en recursos humanos hay que ser un poco prácticos a la hora de
presentarnos: «generalmente se pone primero la formación, pero si es más
relevante el cargo ejercido en el anterior trabajo que tu nivel académico,
empieza por la experiencia; en cambio, si tienes poca experiencia pero estás muy
formado incluye de inicio tu formación».
En cuanto a los conocimientos
académicos, «no es necesario incluir los estudios primarios si tienes estudios
superiores, en caso contrario inclúyelos e informa además sobre habilidades, actividades
o aficiones que indirectamente puedan favorecer tu imagen con relación al
puesto de trabajo», afirma Aran. Una buena manera de hacer visible el interés
por un puesto de trabajo es «acompañar el currículo de una carta o correo
electrónico de presentación claros y concisos donde se haga mención de la
oferta y el valor añadido que como candidato se puede aportar a la empresa»,
recomienda Aran.
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